A un año de la renuncia de Benedicto XVI al papado, un colaborador del pontífice emérito aseguro que Joseph Ratzinger “está en paz consigo mismo”.
El secretario personal de Benedicto XVI, monseñor Georg Gänswein, reflexionó en una entrevista sobre el pontificado del papa emérito, la actual vida que lleva su asistido y la relación que lo une con su sucesor, Francisco.
El prelado alemán aseguró que ambos obispos mantienen una relación fluida, ¨se escriben, se llaman, conversan y se hacen invitaciones”.
También reveló que su compatriota pasa los días estudiando, leyendo, respondiendo cartas, recibiendo a visitantes, tocando el piano y orando mientras pasea por los jardines del Vaticano.
Gänswein, quien sigue al servicio de Francisco como prefecto de la Casa Pontificia, evaluó que la relación entre Francisco y Benedicto es fluida.
“Está alejado del mundo, pero está presente en la iglesia”. Los papas “se escriben, se llaman por teléfono, conversan y se hacen invitaciones”, dijo en declaraciones citadas por las agencias católico romanas Zenit y AICA.
A un año de la sorpresiva renuncia al ministerio petrino, Benedicto XVI no se arrepiente de su decisión, sostuvo su secretario, quien también cree que la historia sabrá reconocer su pontificado. “El Papa está en paz consigo mismo y creo que está incluso en paz con el Señor”, dijo Gänswein.
Benedicto anunció su decisión de dejar el pontificado el 11 de febrero de 2013. Aseguró entonces que no se encontraba con fuerzas; confesó que el vigor de su cuerpo “había disminuido en los últimos meses”, en modo tal que debió reconocer su “incapacidad para administrar bien el ministerio” a él confiado. Lo hizo en latín, durante el consistorio para la canonización de los mártires de Otranto.
La noticia generó gran revuelo internacional, llegando a las primeras planas de los diarios y a los noticieros alrededor del globo, siendo tema de análisis y debate por parte de católicos y no católicos.
A un año del acontecimiento, Gänswein lamentó las interpretaciones “facilistas” del periodismo, que a menudo reduce el ministerio de Benedicto y lo contrapone con el de Francisco, denostando a uno y elogiando a otro partiendo de una mirada parcial de sus carismas.
“Humanamente hablando, es doloroso ver que lo que se escribe acerca de alguien no corresponde concretamente a lo que se ha hecho -admitió Gänswein-. Pero la evaluación del trabajo de alguien, de su forma de hacer las cosas, no es lo que la prensa escribe, sino que está ante Dios y ante su conciencia”, admitió.
“Estoy seguro, de hecho convencido, de que la historia le ofrecerá un juicio que será diferente de lo que a menudo se leyó en los últimos años de su pontificado”, señaló el prelado.
Gänswein también habló del retiro público de Benedicto: “Está alejado del mundo, pero está presente en la iglesia. Ahora su misión es, tal como dijo una vez, ayudar a la iglesia y a su sucesor, el papa Francisco, mediante la oración. Es su primera y más importante tarea”.
Respecto a la salud del pontífice emérito, declaró: “Él está bien, pero ciertamente carga el peso de sus años. Así que, es un hombre físicamente viejo pero su espíritu es muy vivaz y muy claro”.