La Navidad de Jesús es el anuncio por excelencia de esperanza para los seres humanos.
Hay muchas cosas en la vida que nos auguran esperanza.
El anuncio de una mejora en nuestra situación laboral, con las implicaciones que tiene para el bienestar de nuestra familia…
Un buen diagnóstico médico, que nos anima para seguir luchando…
El anuncio de la posibilidad de que se agrande la familia, ante la llegada de un nuevo ser…
La confirmación de que va a salir la jubilación, después de tantos años de trabajo…
El anuncio de que nos van a entregar la vivienda que pudimos comprar con esfuerzo y sacrificio…
La presentación de un trabajo de tesis, que nos pone a un paso del logro de un título académico, luego de tantas horas de estudio…
El saberse y sentirse rodeados del afecto de la familia y los amigos…, y podríamos seguir ampliando la lista de aquellas cosas que nos dan esperanza, y en consecuencia nos fortalecen el ánimo y dan color a la vida.
Pero el anuncio del nacimiento de Jesús, trasciende todos los anuncios que pueden llenarnos de alegría. Asimismo su nuevo retorno produce esperanza. Con notable inspiración San Pablo al referirse a esto, dijo “nuestra esperanza bienaventurada”, es decir, “nuestra esperanza feliz” (Tito 2:13).
Todos sabemos que la felicidad aquí en la tierra es escurridiza y se escapa como el agua entre los dedos…
Tenemos felicidad cuando las condiciones de nuestro entorno son favorables, cuando todo va bien, cuando determinadas circunstancias concuerdan en un momento, y producen en nosotros una sensación de alegría singular.
Pero la enfermedad de un hijo, un accidente, una circunstancia adversa de cualquier índole, pueden estropear la felicidad…
El anuncio de la Navidad de Jesús produce felicidad para siempre…
Porque vino para traernos salvación, para perdonar nuestros pecados, para traernos vida y vida en abundancia, es decir, “calidad de vida”, saludable, libre, plena y eterna, con Cristo que lo llena todo.
“Pero el ángel les dijo: No tengan temor, porque les doy noticias de gran gozo, que será para todo el pueblo: que ha nacido hoy, en la ciudad de Belén, un Salvador, que es Cristo el Señor… y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! (Lucas 2: 10,11,13 y 14).
Deseo que los sueños que anidan en tu corazón en estas fiestas navideñas y ante la llegada de un nuevo año, se hagan realidad en tu vida y familia.
¡Felices fiestas!
Dr. Nicolás Marulla
Supervisor nacional de la Iglesia de Dios en la Argentina
Nicolas, deseo que el Señor bendiga tu vida como la de tu familia tambien. Que tengas una Feliz Navidad Y al celebrar con toda la familia y amigos, no debemos de darle el lugar que se merece el pricipal festejado: JESUS..!!!
DIOS TE BENDIGA…
Posdata quise decir no debemos olvidarf de dar el luga que se merece nuestro principal festejado : JESUS.
DIOS LOS BENDIGA..
Hola Daniel, que bueno recibir tu saludo!! Después de años sin saber de vos, me da mucha alegría tener noticias tuyas. Aprecio tus deseos, del mismo modo, Dios llene de bendiciones a vos y a tu familia. Te mando un fuerte abrazo!! (Nicolás Marulla)